Cómo cultivar en espacios reducidos
A menudo oigo decir a mi alrededor: "No, la jardinería no es para mí" o "Se me mueren todas las plantas, no tengo mano para esto". ¿Y si te digo que yo pensaba exactamente lo mismo? Un día visité un vivero para comprar algunas flores para mi balcón, como hace la mayoría de la gente en primavera. A la entrada de la tienda, observé una enorme estantería llena de semillas de rábano, lechuga, tomate y berenjena. Me detuve y me quedé mirando un rato. "Me encantaría cultivarlas, pero vamos, Patrick, sabes perfectamente cómo acabará esto ¿no?". Sin embargo, llevé a cabo un acto de compra impulsiva (¡probablemente el mejor que he tenido!) y me hice con semillas, macetas y tierra, y volví a casa. Estaba preparado para el mayor de los fracasos, vistas mis malas experiencias con la jardinería en el pasado. Había conseguido matar el cactus de mi tía en cuestión tres semanas, muchas de mis plantas de interior no aguantaron demasiado y también me acordé de esta planta de albahaca del supermercado que seguramente pereció a los pocos días... ¿Pero yo la regaba? Intenté incluso trasplantarla a una de mis jardineras de exterior y ahí es donde la planta de albahaca volvió a morir.
Por qué fracasaron tus intentos de cultivo anteriores
Olvidemos estas experiencias tan traumáticas. A continuación, intentaré explicar el porqué. Tomemos la albahaca como ejemplo. En primer lugar, la albahaca es una planta anual: Vive y muere el mismo año, sencillamente porque ese es su ciclo natural. No tiene nada que ver con tu habilidad ni con tus conocimientos de jardinería. En segundo lugar, la albahaca en maceta de tu supermercado no está diseñada para seguir creciendo, simplemente está pensada para el consumo. En tercer lugar, sí, probablemente intentaste trasplantarla al exterior, a tu jardinera, sin saber que la tierra nueva solo contiene de media seis semanas de nutrientes; transcurrido ese tiempo necesitará abono. Y créeme, las copas de vino de las fiestas nocturnas o los cigarrillos que acabaron ahí gracias a tu amigo achispado, no abonaron la tierra precisamente.
En esta sociedad moderna, hemos cedido la responsabilidad de cultivar alimentos a la industria alimentaria con el fin de alimentarnos. Abandonamos ese derecho, sencillamente porque no recibimos clases de cultivo propio en la escuela, cuando sin duda debería formar parte de la educación más básica, ¿no crees? La gran noticia es que ¡nunca es demasiado tarde! Yo esperé 36 años para plantar mi primera semilla y en pocos meses logré adquirir los conocimientos suficientes. Todos tenemos "mano con las plantas", solo tenemos que ponernos a ello y adquirir conocimientos de jardinería muy accesibles y básicos.
Por qué todos deberíamos empezar a cultivar nuestros propios alimentos
La jardinería urbana se ha convertido en una verdadera pasión que me encanta compartir y fomentar, ya que puede aportarte increíbles beneficios a tu vida diaria de los que nunca te arrepentirás:
- Saber exactamente de dónde proceden tus alimentos. En efecto, tus lechugas o rábanos ecológicos procederán directamente de tu propio balcón o jardín. No se requieren cientos de kilómetros de transporte, solo unos pasos.
- Redescubrir el verdadero sabor de las verduras, hierbas y frutas. Olvídate del monótono sabor de los tomates del supermercado. Al cultivar tus propios alimentos, tendrás la oportunidad de hacerlo de forma orgánica y explorar antiguas variedades autóctonas, todas ellas únicas en cuanto a texturas, sabores y matices. Por ejemplo, los tomates: en el mundo existen 12.000 variedades. Aprovechemos nuestra biodiversidad.
- Enverdece tu vida. El color verde tiene un gran efecto sobre el cerebro. La visión del color verde nos proporciona una importante sensación de bienestar, serenidad y concentración. Crear tu propia jungla verde te aportará estas sensaciones tan necesarias. Además, la jardinería es un modo increíble de reconectar con la naturaleza, aliviar el estrés y disfrutar de tus propios momentos de meditación.
- Descubrir cómo crecen realmente las verduras, hierbas y frutas. Antes de empezar a cultivar un huerto, ni siquiera sabía que la mayoría de las frutas nacen de una flor. Tampoco sabía cómo crecía un calabacín o un pepino. La jardinería te dará la oportunidad de aprender y descubrir las maravillas de la naturaleza. Lo único que deberás hacer es respetar, observar y adaptarte a sus ritmos.
- Reconectar con las estaciones. La jardinería despertará por fin tu sentido de las estaciones. Lamentablemente, estamos acostumbrados a disponer siempre de todo tipo de variedades en las tiendas de alimentación, pero reconozcamos que esto no es normal ni natural. Todas las variedades tienen sus temporadas y, al cultivar tu propio huerto, no solo descubrirás estos ciclos, sino que tu alimentación será más variada. Olvidémonos de los tomates en invierno, exploremos los nabos, las espinacas, los canónigos y la col rizada. La jardinería representa una gran oportunidad de consumir alimentos de temporada y más variados.
- Una experiencia altamente gratificante. Cultivar tus propios alimentos es una aventura maravillosa, que termina con cosechas sabrosas y ecológicas. Enorgullécete de cosechar una lechuga ecológica en tu propio balcón o jardín y compártela con tus seres queridos.
Hay más aspectos a considerar, y seguramente tú mismo añadirás otros durante tu viaje de descubrimiento de la jardinería. Créeme, ¡llegarán! Ahora que eres consciente de todos estos beneficios, seguro que estás deseando empezar a cultivar. Hay mucha información disponible sobre jardinería urbana, pero a veces resulta difícil saber dónde y cómo empezar. A continuación, compartiré algunos consejos útiles para que des tus primeros pasos de la mejor manera posible. Te enseñaré a optimizar tu espacio, pero también los tamaños adecuados de las macetas o mesas de cultivo para obtener más variedad.
Analiza tu espacio
Lo más idóneo es un balcón o un jardín soleado y orientado completamente al sur. Esta exposición al sol te permitirá cultivar muchas variedades distintas como tomates, berenjenas, calabacines, pepinos y pimientos. Pero si tu balcón (o pequeño jardín) no recibe mucho sol, ¡no pierdas la esperanza! La buena noticia es que ciertas variedades prosperan mejor con una exposición a media sombra o totalmente a la sombra. Este es el caso, por ejemplo, de las lechugas, los rábanos, la col rizada o las zanahorias, que prefieren estos lugares sombreados durante el verano. Basta con trazar un mapa de su espacio para determinar los futuros lugares de los cultivos soleados y de aquellos que prefieren algo más de sombra.
A PLENO SOL (MÍNIMO 6 HORAS DE SOL): Verduras, frutas y hierbas aromáticas, como tomates, berenjenas, pepinos, pimientos, albahaca, cilantro, tomillo, eneldo, hinojo o salvia.
A MEDIO SOL/MEDIA SOMBRA (DE 3 A 6 HORAS DE SOL): Verduras, frutas y hierbas aromáticas, como tomates cherry, lechugas, rábanos, col rizada, zanahorias, guisantes, espinacas, patatas, cebollino, cilantro, perejil, romero y menta.
Optimizar el espacio
Un balcón o jardín de 4 m2 puede llegar a convertirse en un espacio muy eficiente donde cultivar un gran número de variedades distintas. Todos tenemos una superficie de suelo limitada, pero también hay que tener en cuenta el espacio vertical. Y por espacio vertical me refiero a la altura de tu balcón o jardín. Puede que tengas una barandilla de donde colgar dos o tres macetas. También es posible que tengas una pared. Imagina el número de macetas que podrías colgar en ella... ¿También tienes techo? ¡Genial! Siempre puedes fijar al techo algunas macetas de colgar. Aprovechar el espacio vertical te abrirá muchas opciones extra.
Combina tipos de macetas y contenedores
Cada producto tiene sus propias especificaciones para que puedas optimizar tu espacio. Si buscas cultivar muchas variedades distintas, combina tres tipos de contenedores elho: la mesa de cultivo xxl, macetas y jardineras de varios tamaños. Las mesas de cultivo son mis cómplices incondicionales: Contienen gran cantidad de tierra, liberan superficie del suelo para poner otras macetas y además incluyen cubiertas de plástico (invernaderos de cultivo) que protegen a tus plantas del frío y las plagas. Yo las utilizo para cultivar todas mis lechugas, rábanos, col rizada, nabos, espinacas y bok choy.
Las macetas normales, como la colección grow your own de elho, resultan idóneas para cultivar plantas como tomates, calabacines, pepinos y pimientos. Pero déjame darte un consejo fundamental: da espacio a la naturaleza, pon solo una planta por maceta para que tengan espacio suficiente para desarrollarse de forma saludable. Es preferible tener una planta sana que dos que no podrás cosechar.
Las jardineras como la jardinera Corsica para balcones son estupendas para optimizar tu espacio vertical. Puedes dedicarlas a cultivar distintas hierbas aromáticas, pero también lechugas o rábanos. De hecho, también son estupendas para flores, que atraerán a nuestros queridos polinizadores.
El tamaño sí importa... ¡Al menos en jardinería!
El volumen de tierra está muy relacionado con la variedad que podrás cultivar en ella. Estos son distintos tipos de macetas y volúmenes combinados con diferentes tipos de alimentos para cultivar en ellas:
- La mesa de cultivo xxl tiene una capacidad de 50 litros. Puedes utilizar este producto de elho para cultivar con éxito 10 lechugas, 3 manojos de rábanos, 4 coles y 8 nabos.
- La maceta de cultivo elho (40 cm de diámetro) tiene una capacidad de 19 litros y es perfecta para cultivar calabacines, berenjenas, pepinos o tomates de gran calibre.
- La maceta de cultivo elho (30 cm de diámetro) tiene una capacidad de 12 litros y está perfectamente adaptada para el cultivo de tomates cherry o de calibre medio. También puedes consultar la maceta para tomates de elho, que no solo tiene la capacidad perfecta para este cultivo, sino que incluye un depósito de agua y una rejilla para guiar a la planta durante su crecimiento.
- La maceta de cultivo elho (27 cm de diámetro) tiene una capacidad de 8,7 litros y es óptima para el cultivo de fresas o frambuesas, pero también para dos plantas de bok choy o dos lechugas.
- La maceta de cultivo elho (24 cm de diámetro) tiene una capacidad de 6,5 litros y es perfecta para cultivar hierbas aromáticas como el eneldo, cebollino, albahaca, perejil, cilantro o romero.
La importancia de una buena tierra
Olvídate de la tierra universal barata para macetas, y apuesta por una tierra orgánica diseñada para el cultivo de hortalizas. La calidad de la tierra es crucial para cultivar hortalizas sanas, así que no menosprecies esta elección. Puedes empezar tu primer año de cultivo adquiriendo una tierra orgánica para macetas ya abonada y preparada. En tu segundo año, merece la pena probar y hacer tu propia mezcla con distintos abonos y sustratos.
Compostaje casero
Compostar en casa es fácil y te permitirá descubrir un ciclo perfecto y más equilibrado. Todo está conectado: Eliminamos los residuos dándoles un uso más inteligente. Las verduras que consumimos nos alimentan y aportan los nutrientes, vitaminas, minerales y calorías necesarios. Sin embargo, hay partes que no consumimos, como la piel de la naranja, el corazón de la manzana o el vede de los rábanos. No debemos tirar a la basura estos restos orgánicos, porque pueden ser la base de un gran abono orgánico y casero, también conocido como compost.
Con una caja de bokashi, el compostaje se convierte en algo extremadamente fácil y eficiente en términos de espacio para balcones o terrazas pequeñas. En la caja, puedes añadir todos tus restos de comida orgánica. Estos se descompondrán con la ayuda de un spray o polvo orgánico, diseñado para acelerar el proceso de descomposición. Cada semana, obtendrás un rico zumo de compost que es el mejor abono para tus plantas. Mi consejo es mezclar 1 litro de zumo de compost con 10 litros de agua. Cada mes y medio, puedes abrir la caja y retirar las capas inferiores descompuestas para enterrarlas directamente en el suelo. De esta forma, aportarán nutrientes orgánicos saludables a tu suelo y aumentarán su riqueza orgánica.
Espero sinceramente que estos consejos te sirvan para tener éxito en tus cultivos. Siendo sincero, ojalá hubiera leído un artículo como este antes de empezar a cultivar mi huerto urbano. Sin duda me habría ahorrado mucho tiempo, ¡así que espero que te sea útil!
Te deseo un feliz cultivo y un increíble viaje por el mundo de la horticultura y la jardinería.
Amor verde,
El Jardinero francés
¿Quién es Patrick?
Patrick, más conocido como El Jardinero francés, empezó hace unos años a cultivar sus propios alimentos en su pequeño balcón de Ámsterdam. Más tarde se mudó a Berlín, donde no solo creció el tamaño de su balcón, sino que también su pasión por la jardinería urbana creció notablemente. Patrick inspira diariamente a los amantes de la jardinería a través de su página de Instagram, donde comparte hermosas fotos de sus propia cosechas y consejos útiles. También se encuentra muy ocupado escribiendo su primer libro electrónico sobre jardinería y recientemente ha celebrado el lanzamiento de su primera camiseta ecológica.
Fotos realizadas por El Jardinero francés y Sabine Gudath.